En zonas donde no están cubiertas las necesidades básicas, las intervenciones bien planificadas, aunque sean breves, pueden marcar una diferencia significativa en la vida de la gente. Esta es una de las enseñanzas que dejó el Proyecto de Salud en Shirak, ejecutado por FIDEC en una de las provincias armenias más pobres. Durante la fase piloto, que comenzó en julio de 2022 y duró ocho meses, un grupo de hombres y mujeres de las comunidades de Horom y Pemzashen tomaron conciencia de su estado de salud o, incluso, se enteraron de que tenían afecciones que debían tratarse y recibieron esos tratamientos. Se les enseñaron hábitos para mejorar la calidad de vida y se los capacitó para que ellos mismos hicieran el seguimiento de sus problemas médicos. Sobre la base de estos resultados preliminares, se ajustaron las acciones del proyecto antes de lanzar la segunda etapa en octubre de 2023, con el apoyo una vez más de la comunidad armenia en la Argentina.
“Nos hemos comprometido a brindarle servicios médicos de calidad y gratuitos a la población rural de bajos ingresos de la provincia de Shirak, en especial en la región de Artik”, enfatiza Narine Hayrapetyan, directora ejecutiva de FIDEC Armenia. Durante la fase piloto, los principales beneficiarios fueron 120 hombres y 120 mujeres de entre 40 años y 75 años. “El proyecto también incluía acciones dirigidas a la población más joven para mejorar la planificación familiar y disminuir la prevalencia de las enfermedades de transmisión sexual por las altas tasas de migración laboral, y para contribuir a la salud de los niños mediante la detección de la helmintiasis”, añade Hayrapetyan.
El personal sanitario local que atiende en los centros ambulatorios, junto con un equipo móvil visitante formado por ginecólogos, ecografistas y una enfermera de laboratorio, realizaron exámenes médicos exhaustivos. “Las afecciones diagnosticadas con mayor frecuencia en pacientes adultos fueron hipertensión arterial o valores elevados de colesterol, disfunciones de la glándula tiroides y trastornos ginecológicos o urológicos, entre otros”, detalla Pablo Elmassian, director médico de FIDEC Armenia. Después de los exámenes habituales, el 14 % requirió procedimientos médicos, como colposcopias o intervenciones quirúrgicas. “Alrededor del 10 % de los pacientes con hipertensión fueron derivados a una clínica especializada de Gyumri para una evaluación y tratamiento más exhaustivos”, señala Elmassian. Las mujeres con resultados anómalos en las mamografías también fueron derivadas a un centro oncológico. Ninguna presentó cáncer de mama, pero sí se les diagnosticó cáncer de próstata a dos pacientes, que fueron operados en clínicas especializadas de Ereván.
Hipertensión arterial
Nuevos diagnósticos
Valores elevados de colesterol
Sin diagnóstico ni tratamiento en su mayoría
Las intervenciones también incluyeron actividades educativas y el suministro de dispositivos y materiales médicos, además de medicamentos. “Por ejemplo, 120 miembros de la comunidad que habían recibido el diagnóstico de diabetes recibieron glucómetros y tiras reactivas para controlar mejor su enfermedad. La mitad de ellos participaron en la capacitación sobre control de la diabetes, alimentación saludable y cuidados”, destaca Hayrapetyan. Más de ciento setenta personas recibieron durante tres meses medicamentos para tratar la hipertensión o normalizar los valores de colesterol. Cuatro de cada diez mujeres necesitaron un tratamiento antiinflamatorio para afecciones ginecológicas. Como medida preventiva, todos los beneficiarios del proyecto recibieron cápsulas de vitamina D3 durante seis meses.
Haber tomado conciencia de sus problemas de salud y haber recibido información, herramientas y tratamientos les permitieron a los miembros de la comunidad priorizar más su salud, hacer el seguimiento de su situación y prevenir complicaciones. La eficacia de la intervención se confirmó luego de las visitas de control a los centros ambulatorios de Horom y Pemzashen. “Los pacientes diagnosticados afirman ahora que controlan mejor su salud en casa y son más conscientes de la importancia del estilo de vida y de la alimentación saludables”, indica Hayrapetyan. Igual de destacable es que el personal médico local notó un marcado descenso de la cantidad de visitas ambulatorias de pacientes con hipertensión o diabetes, que antes acudían solo para que les midieran la presión arterial y los valores de glucosa. “Este es otro beneficio significativo de nuestro proyecto, ya que le ahorra al personal de la salud tiempo que ahora destinan a otras cuestiones sanitarias”, subraya Elmassian.
Doce trabajadores, entre ellos médicos de familia y enfermeras rurales, participaron en una capacitación interactiva con un destacado médico de familia de Boston para mejorar la comunicación en salud. El objetivo fue aprender a motivar más a la comunidad para que le dé prioridad a su salud, adopte un estilo de vida y una alimentación saludables, y, lo que es más importante, cumpla con los tratamientos prescritos.
En conjunto, la planificación y los resultados del proyecto piloto ayudaron a validar las hipótesis sobre las afecciones prevalentes en la región de Artik, en Shirak. “Los datos reales adquiridos se compartirán con el Ministerio de Salud armenio y con las autoridades sanitarias de la provincia de Shirak. Esto los ayudará a diseñar reformas de la atención primaria y a comprender mejor la situación sanitaria local”, indicó Hayrapetyan. El proyecto de FIDEC continúa con 240 beneficiarios de Jajur y Akhurik, pueblos remotos y vulnerables de Shirak. Ambos se ubican en la frontera con Turquía y tienen muchas dificultades socioeconómicas, como la falta de gas en los hogares, a pesar de soportar los inviernos más fríos y largos del país, y el mal estado de las carreteras, que dificulta la circulación y restringe el acceso a servicios de salud de calidad durante los meses de invierno y sus nevadas.